El pequeño municipio de Moraleja de Enmedio vivió una jornada para el recuerdo este pasado 5 de octubre, cuando su Alteza Real la Princesa Kalina de Bulgaria, junto a su esposo, se convirtió en la gran protagonista del festival búlgaro «Esperanza».
Este evento, que celebraba la riqueza cultural, folclórica y empresarial de Bulgaria, atrajo a curiosos y amantes de la multiculturalidad de todas partes de la Comunidad de Madrid.
Un festival con historia en Moraleja de Enmedio
Organizado en el recinto ferial de la localidad, el festival «Esperanza» fue un despliegue de tradiciones búlgaras que dejó a los asistentes maravillados. Desde danzas tradicionales hasta una irresistible muestra de la gastronomía del país balcánico, el evento no solo sirvió para acercar la cultura búlgara a los vecinos, sino que fue también una oportunidad para que empresarios búlgaros mostraran lo mejor de su país a nivel comercial.
El toque especial de la jornada lo puso la presencia de la Princesa Kalina de Bulgaria, quien llegó al festival acompañada por su esposo. Juntos, recorrieron los diferentes stands y espectáculos del evento, mostrando gran interés y cariño por cada detalle.
La alcaldesa de Moraleja de Enmedio, Arantxa Alonso, fue la anfitriona de este ilustre recibimiento, destacando la relevancia de un evento como este para fomentar la diversidad cultural en la región.
La presencia de la Princesa no solo añadió un toque de realeza al festival, sino que también sirvió para estrechar los lazos entre Bulgaria y España, mostrando cómo dos culturas pueden enriquecerse mutuamente.
Kalina, conocida por su implicación en temas de cultura y medio ambiente, no dudó en destacar la importancia de este tipo de eventos para la difusión del patrimonio cultural de su país. Además, no pasó desapercibida su cercanía con el público, quienes no dudaron en saludarla y fotografiarse con ella.
Un éxito para Moraleja de Enmedio
La localidad de apenas 5.000 habitantes, se convirtió por un día en el epicentro de la Comunidad, no solo por su intercambio cultural, sino que consolidó la posición del municipio como un referente en la organización de eventos que promueven el entendimiento entre pueblos.
Para aquellos que no pudieron asistir, el festival «Esperanza» se destacó por ofrecer una experiencia inmersiva a través de actividades que incluían actuaciones musicales, danzas típicas, juegos tradicionales y una amplia oferta gastronómica.
Todo ello en un ambiente festivo y familiar que hizo que los asistentes, tanto locales como visitantes, se sintieran parte de una celebración única.