Los responsables del Baloncesto Leganés siguen metidos de lleno en la configuración del nuevo proyecto del equipo de Liga Femenina Challenge, que se pretende dotar de los mejores mimbres posibles para figurar entre los candidatos a luchar por el ascenso a la Liga Femenina Endesa, máxima categoría del baloncesto femenino español.
Una vez asegurada la continuidad del técnico, Javier Fort, y cerrada la renovación de jugadoras como Irene Lahuerta y Cristina Soriano, el club tiene abiertas varias operaciones de enorme calado que, en caso de fructificar, permitirían dar un salto de calidad a la plantilla.
Es el caso, por ejemplo, del más que previsible retorno de Lucía Togores y de María Espín, jugadoras ambas con pasado pepinero y que militaron la pasada temporada en Alcobendas, desde donde podrían regresar a la disciplina blanquiazul si las negociaciones acaban llegando a buen puerto, como todo hace indicar.
Lucía, base de 27 años, militó en el Baloncesto Leganés entre 2014 y 2016. De ahí pasó a Rivas, donde jugo una temporada, y en las últimas siete ha militado en Alcobendas. En el último curso disputó 32 encuentros entre fase regular y playoff en los que promedió 9,5 puntos, 4,1 rebotes y 4,8 asistencias para 12,9 créditos de valoración media.
Por su parte, María Espín, alero de 35 años, vistió de blanquiazul entre 2016 y 2019. En su caso, y además de Baloncesto Leganés y Alcobendas, ha jugado también en Isla de Tenerife, CREF Hola y Estudiantes, donde llegó a completar tres temporadas en la máxima categoría. Durante este pasado ejercicio promedió 10,2 puntos, 4,2 rebotes, 1,8 asistencias y 9,3 créditos de valoración en 32 compromisos.
PENDIENTES DE AMINATA SANGARÉ
Al margen del más que previsible regreso de Lucía y María, dos jugadoras con una dilatada experiencia en la competición de plata, el club leganense ha priorizado sobremanera las gestiones para renovar a Aminata Sangaré. La continuidad de la interior maliense es considerada fundamental y se está tratando de limar los últimos flecos para sellar el acuerdo.
Y es que los números que firmó el pasado curso Sangaré, de tan solo 22 años, fueron de todo punto formidables, ya que promedió 12,4 puntos, 10,5 rebotes, 1,7 asistencias y 18,2 créditos de valoración en los 26 encuentros disputados.