La Empresa Municipal de Transportes (EMT) anunció que llevaría a cabo una huelga para presionar al Gobierno a autorizar la jubilación anticipada en el sector. Y así fue.

El pasado lunes, líneas urbanas e interurbanas, así como conductores de grúa, y encabezados por Comisiones Obreras, Federación Estatal de Servicios de Movilidad y Consumo de UGT y el Sindicato Libre de Transportes, iniciaron un parón que pudo sentirse notablemente en el transporte público de toda España y, especialmente, en la capital.

Servicios mínimos

La protesta, que movilizó a más de 80,000 conductores en toda España, afectó los desplazamientos de miles de viajeros y generó esperas de hasta más de una hora en las estaciones de autobuses. A pesar de que el Gobierno regional estableció servicios mínimos, especialmente para las horas punta de 6:00 a 9:30, las demoras y las aglomeraciones fueron una constante para los usuarios.

En el caso de las líneas nocturnas, se indicó que se garantizaría una cobertura del 45% del servicio programado en todas ellas, mientras que para los días festivos que se aproximan, será del 50% en EMT y el 45% en el resto de los autobuses urbanos e interurbanos de la región.

En cuanto al transporte escolar, considerado un servicio esencial, se mantuvo el 60% de los autobuses para garantizar el derecho a la educación de los menores, mientras que el transporte de personas con movilidad reducida y discapacidad operó al 90% de su capacidad.

Más parones en noviembre y diciembre

Esta primera jornada de huelga no será la última: los sindicatos ya han anunciado nuevas convocatorias para el 11, 28 y 29 de noviembre, así como el 5 y el 9 de diciembre.

De hecho, de no alcanzarse un acuerdo, la huelga podría hacerse indefinida a partir del 23 de diciembre, coincidiendo con la temporada navideña, lo que podría afectar severamente a los desplazamientos.