Un niño de dos años ha resultado herido grave en Alcalá de Henares después de ser atacado por un perro de la raza pitbull en el domicilio familiar, ubicado en una casa okupada en el Camino de la Esgaravita.
El menor sufrió varias heridas en el rostro y el cráneo, siendo atendido de urgencia en el Hospital de Alcalá de Henares antes de ser trasladado al Hospital de La Paz, donde los médicos procedieron a la reconstrucción de las lesiones. Aunque según fuentes médicas, el estado del niño es estable y se encuentra fuera de peligro.
El padre tuvo que abrirle la mandíbula al animal
El ataque ocurrió en torno a las 20:00 horas del sábado 12 de octubre, cuando el padre del niño, de 25 años, fue a coger unas llaves. En ese momento, el perro se abalanzó sobre el pequeño y le procuró una fuerte mordida en la cara y el cuero cabelludo.
Enseguida el padre, que estaba cerca del niño, le abrió la mandíbula al perro para liberar al pequeño de las fauces del animal. Inmediatamente, los padres alertaron al servicio de emergencias 112 informando que su hijo había sido mordido.
Al lugar del suceso acudieron rápidamente efectivos de la Policía Local, una ambulancia del SUMMA 112 y Protección Civil. Cuando las autoridades llegaron, el perro estaba siendo agarrado por el padre, mientras que el niño presentaba múltiples mordeduras y desgarros en el rostro y en la cabeza. Debido a la gravedad de las heridas, se decidió trasladarlo urgentemente al hospital más cercano.
En la entrada de la vivienda donde ocurrió el incidente, había un cartel advirtiendo «Cuidado con el perro», acompañado de una imagen de un pitbull en color negro.
Sin licencia y sin vacunas
El perro, que presuntamente pertenecía al padre del menor, tenía chip de identificación, pero carecía de licencia de animal potencialmente peligroso (APP) y no estaba al día con todas sus vacunas.
El perro fue capturado por la Policía Municipal y trasladado al Centro Integral Municipal de Protección Animal de Alcalá de Henares, donde permanece a la espera de una decisión judicial.
Los familiares declararon a los agentes que el perro nunca había mostrado signos de agresividad hasta el desafortunado incidente.